jueves, febrero 28, 2008

CORPUS/Centro Cultural Borges


El 21 de Febrero del 2008 se inauguró nuevamente en el Centro Cultural Borges (Buenos Aires)la obra CORPUS.La instalación está montada en su totalidad en un solo espacio,la sala 27, a diferencia de la presentada en el Centro Cultural de la Universidad de Salamanca(Bogotá , 2005) que estaba divida en dos salas.
CORPUS en esta ocasión utiliza lenguajes escultóricos, fotográficos y de video.Como esculturas presenta un grupo de 18 cuerpos de papel calco, translucidos e intervenidos y 16 mas, vacíos, moldeados idénticos,copiados de moldes de modistería de talle mediano e iluminados internamente,dispuestos sobre un piso de espejo. Confrontados estos con un nuevo grupo se presentan colgadas 13 fotografías de mujeres que van desde los 21 hasta los 93 años, en ropa interior, sin rostro y sin ningún tipo de retoque estético y que al reverso reflejan en una lamina de espejo al visitante. Unas cortinas de plástico rodean a manera de espacio privado, de vestidor o sala de cirugía la escena. Por último desde una televisión se ve y se escucha un video que presenta imágenes de uñas, plumas, ramas, etc. haciendo pensar al espectador que se encuentra frente a una cámara escondida o frente a una cámara de recorrido interno. Los sonidos que invaden la sala son ruidos de fluidos, vientos y timbres de maquinas médicas.


Crítica Gabriela Francone

Catharina Burman concibe un pequeño pelotón. En su fila apretada agónicos moldes evocan el cuerpo femenino cosificado. Lábil target del mercado, la pasarela o el probador.
El cuerpo, como res de los media, como artículo de lujo de la industria audiovisual, sujeto a sus patrones normalizados. Artículo que parece hallarse disponible por doquier como cebo y carne de cañón (las Evas virtuales abundan, por caso, en sus remotos paraisos.com, potestad de dios o de quien lo demande en la red).
Estas blancas criaturas que incuban extraños males evocan también los ejércitos devotos y disciplinados que se avienen periódicamente a los cada vez más sofisticados rituales de control y de mantenimiento.
El cuerpo como paisaje abyecto. Como territorio de disputada jurisdicción.
Nos dejan ver curiosas excrecencias, ominosos sarpullidos, incrustaciones, valles ensangrentados y senderos de espinas. De ellos cuelgan vías y drenajes en uso, historias fallidas y hasta el Niño Dios.
No hallamos en esta singular unidad-de-terapia-exhibidor deliciosas criaturas perfumadas. Encontramos en cambio, resignados cuerpos insomnes. Suspendidos aguardan su hora con el desgano del suero.

Una serie de fotografías de mujeres encontradas completa la exhibición.
La artista nos refiere una vez más a las espirales de turno de la belleza
ideal y a la extrañeza de una realidad prèt a porter.


Gabriela Francone

CORPUS CENTRO CULTURAL BORGES Buenos Aires